Megan Meade's Guide to the McGowan Boys

Cuando tenía nueve años, Megan Meade conoció a un grupo de horribles y crueles chicos, los hijos del amigos de su padre —los chicos McGowan. Ahora, siete años después, el padre de Megan, doctor de la armada, se van a mudar a Corea del Sura y Megan se va a vivir con los pequeños montruos, quienes ahora son más mayores y algo distintos a como ella los recordaba.
Vivir en una casa con siete chicos le dará a Megan, quien nunca ha besado a nadie, la oportunidad perfecta para aprender todo lo que hay que saber sobre los chicos. Y ella le mandará todosas sus notas a su mejor amiga, Tracy, en...
La guía de Megan Meade de los chicos McGowan:
Observación #1: Ser una mocosa del ejército apesta, pero esta es una mejor opción que mudarse a Corea.
Observación #2: Olvida a los malvados, bromistas y pequeños monstruos. Estos chicos han sido bendecidos por los dioses Abercrombie.
Observación #3: Necesito una cerradura en mi puerta. ¡Ya!
Observación #4: Cuatro palabras: abdominales de seis onzas.
Observación #5: No me hagas empezar a hablar del estado del baño. Estoy pensando en llamar a un equipo de materiales peligrosos. En serio.
Observación #6: Estos chicos saben cómo hacer enemigos. De verdad.
Megan Meade tendrá que versélas con un nuevo instituto, una nueva familia, un nuevo flechazo y una nueva vida. ¿Sobrevivirá a los chicos McGowan?

¡CÓMPRALO YA!

Descubrí este libro por casualidad en Goodreads, me picó la curiosidad, lo empecé y antes de darme cuenta ya lo había terminado. El argumento parecía entretenido y lleno de humor (¿una chica entre siete tíos? WOW)

Muchas pensarán ¡Qué guay, vivir con 7 tíos! Lo que yo pensé cuando leí el argumento fue: ¿De verdad? Yo prefiero tenerlos como vecinos que bajo mi mismo techo. Y efectivamente, después de leer el libro, sigo pensando lo mismo. Megan llega a su nuevo hogar y sí, se encuentra a siete chicos que están muy buenos —bueno, hay dos que son pequeñajos— y en principio todo parece el paraíso... hasta que se meten en su cuarto, enredan con sus tampones, sus camisetas, sus sujetadores...

Las cosas empiezan a cambiar en la casa de los McGowan y los chicos no están exactamente encantados con la idea. ¿Solución? Pagarlo con Megan. Mientras ella intenta sobrevivir y adaptarse a su nueva vida, todo se tuerce, si cabe, aún más, cuando el mayor problema llega: el amor. Y si esto no fuese ya suficientemente malo, todo empeora cuando los padres deciden que Megan no es una chica, es SOLO una hermana.

El paraíso se va a la mierda en menos de lo que canta un gallo. Y las cosas siguen empeorando. Novias celosas. Hermanos que la cagan. Chicos que cada vez parecen más encantadores. Nuevas amigas. Nuevas enemgias...

Me ha encantado mayormente por los personajes. La historia no es particularmente excepcional, aunque sí muy divertida, pero si hay que destacar algo, eso son los personajes. Con siete hermanos de edades variadas, es muy fácil crear una gran variedad de personajes: Sean, obsesionado con su Harley y poco hablador; Evan, el guaperas amigable con una novia repelente; Finn, el chico entrañable con el que te haces instantáneamente amiga; Doug, el tío insoportable y rebelde empeñado en hacerte la vida imposible; Miller, el gemelo autista; Ian, el travieso rechonchete; y Caleb, el crío imparable.

Si bien, como ya he dicho, la historia no es nada del otro mundo, es un libro genial para pasar el rato y reírte, no me importaría en absoluto que la autora nos trajese la noticia de una secuela a la historia, y eso es algo que pocas veces digo con los libros independientes...