Hacerme tarjeta de débito es algo que llevo pensando mucho tiempo, el mismo que llevo posponiéndolo.
¿Por qué? Muy sencillo: soy un peligro :) Sí, lo reconozco. Me cuesta controlar lo que gasto en libros aun careciendo de la posibilidad de comprar por Internet... ¡con tarjeta de crédito voy a ser imparable!
Pero sí, he decidido hacerme tarjeta y probar durante un par de meses a ver qué tal va la cosa.
La razón por la que me he decidido es muy sencilla: los libros en español son caros. Llega un punto —y más ahora con la crisis—, en el que los que seguimos las novedades literarias tendríamos que vender nuestros órganos para leer todo lo que queremos. Y eso que estoy contando también los libros de bolsillo.